Los sueños, o se cumplen, o no se sueñan.
Mañana se cumple un mes de la muerte de mamá. No ha sido fácil. Extrañarla es inevitable. Pero todavía la siento aquí. No dejo de pensar que una parte de ella existirá por siempre en mí. Basta con cerrar los ojos y buscar en mi corazón para encontrarla. Muero por abrazarla, pero sé, que este abrazo tardará unos años en llegar. Así que mejor ocuparé mi mente en trabajar en mí; lo último que queda de ella.
Retomar éste blog me servirá mucho. Escribir es la mejor terapia que puedo recibir; al menos, la de menor inversión y mejor lucidez.
Antier llegué a Buenos Aires. Viviré aquí al menos un año. La travesía inicio con alfombra roja desde México, cuando Aeroméxico cambio mi boleto de Clase Turista a Premier. El vuelo de 10 horas fue sumamente exquisito con todos los privilegios que recibí. La desilusión llegó después, cuando desempacando mi maleta, me di cuenta que me habían robado mi playera de México. Hijos de puta.
Estar en Argentina es un triunfo personal. Tengo muchos objetivos por cumplir, otros por descubrir. Un camino que trazar y un Alejandro que pulir.
¡Bienvenido a éste tu blog, Alejandro! Del que nunca debiste huir.
El 2011 será un año muy cabrón para mí.